El Tiempo
¿Si te preguntaran cuáles son algunos de tus enemigos, coincides en que uno es el tiempo?
Dicen que el tiempo es Oro. Esa frase la vengo escuchando desde que era un nene. Y es que realmente, es para detenerse a pensarlo.
Piensa en cuando éramos pequeños. Faltaba tiempo para jugar, aprender nuevas cosas, conocer, jugar, jugar, jugar, dormir un poco más... acostarse más tarde, jugar, jugar, jugar... ¡mamá, un poquito más!
Y luego nos hacemos adolescentes y comenzamos a salir con los amigos y amigas y nos solían poner hora de llegada y siempre decíamos... ¿puedo llegar un poco más tarde? Porque nos faltaba tiempo. Porque estábamos disfrutando con nuestra gente.
Ya llegamos a los 18, nuevos retos, nuevas ilusiones, ya tenemos teórico, ya tenemos las prácticas hechas, ya tenemos coche, ya podemos irnos a donde queramos (limitado) y ¿qué nos faltaba? Tiempo.
El hombre por naturaleza es devorador de tiempo. Lo queramos o no así es.
Imagina con 20 años los miles de proyectos que tienes en tu cabeza para hacer en tu vida, tener un buen trabajo, mantenerte, viajar, descubrir, conocer personas, hacer buenas amistades que perduren en el tiempo, mil proyectos que, quizá, por falta de tiempo, no se puedan realizar todos.
Tenemos trabajo y quizá nos hacen trabajar muchas horas y ¿qué nos falta? Tiempo para poder hacer las otras cosas que nos gustan.
Y luego estamos con nuestra pareja, que la encontramos, nos casamos con ella, decidimos pasar toda nuestra vida con ella, surgen millones y millones de ideas, proyectos para hacer juntos y con las horas que empleamos a trabajar, la casa... falta tiempo.
Tenemos niños, los vemos con meses, con pocos años y ¿no te suena la frase.. ojalá se quedaran en esta edad para siempre? Pero el tiempo es el culpable que no se queden en esa edad que no cambiarías.
Y ves pasar los días y días, y los niños se hacen más grandes, y tú te haces más grande y te ves con 37 años y piensas para ti... me falta más tiempo. Tengo tantas cosas aún pendientes por hacer en mi vida...
Y pasan los años y nos encontramos con 50 y pensamos... yo me siento aún joven en mis pensamientos y el cuerpo no lo siente de la misma forma, y echamos la vista atrás y vemos todo lo que hemos hecho con nuestra vida. Unas cosas las cambiaríamos, otras cosas las repetiríamos de la misma forma, y tantas cosas que hubiéramos hecho que no pudimos por falta de... Tiempo, sí. Tiempo.
Pasan unos años y nos vemos ya con 60. Sí... 60 años. Y sientes y meditas, te planteas, si volvieras atrás... ¿Qué cosas habría hecho si pudiera tener más tiempo? ¿Si hubiera invertido mi tiempo en cosas más productivas? ¿Si hubiera demostrado más, si cabe, mi amor, mi cariño a mis seres queridos, lo más cercanos, mi familia, mis amigos?
Aún disfrutas de tu tiempo con tus nietos, que ya tienes, y como los papás han de trabajar entonces es como que vuelves a sentirte "lo más parecido a padre" de nuevo pero consintiendo más, que ahora los llamamos, los abuelos, los yayos.
Y qué alegría es disfrutarlos y verlos crecer a los nenes, tus nietos. Ver a tus hijos ya adultos, mayores, haciendo su vida y sin tener tiempo para ti, que ya eres mayor, para sus hijos, porque, por desgracia, hay que mantener los pagos al día de hipoteca, de gastos agua, luz, teléfono, material y ropa cada dos por tres para los niños/adolescentes/jóvenes hijos y un sinfín de gastos que surgen...
Y claro, los ves y te recuerdan a ti, sin tiempo para disfrutar de lo que más nos importa en esta vida, que es nuestra pareja, nuestra familia, nuestros amigos. Si hubiera tenido más... Tiempo. Sí. Ese enemigo llamado Tiempo.
Te ves con 65 años. Te ves con miles de dolores por todos lados, te faltan fuerzas para hacer cosas que parecen ser poca cosa y que para ti se te hacen un mundo porque ya no tienes el vigor de antes y porque la edad no perdona. Te ves con enfermedades más o menos importante, porque seamos realistas...todos tenemos algo.
Ves que van pasando los años y sientes que la vida se te acorta, que te falta tiempo, que es injusto porque tú quieres más y más. No quieres que se acabe. Queremos más tiempo. Queremos hacer tantas cosas. Tenemos ilusión de tantos proyectos aún, ¿verdad? Y ahí es cuando seguimos pensando en nuestro enemigo, el tiempo.
Estoy seguro que en este punto te estás parando a pensar... sea la edad que tengas, ¿qué estoy haciendo con mi vida? ¿estoy aprovechando mi tiempo al máximo con las cosas que realmente son importantes para mí? ¿dedico tiempo a mi pareja, hijos, familia, amigos?
Lo que no hagas ahora, sea los años que tengas, lo pierdes. Se va. Se esfuma. El tiempo no regresa. El tiempo siempre continúa. No se espera.
... Si volviera atrás... (resople)... si hubiera tenido más tiempo (resople)... cuántas cosas cambiaría, cuántas las viviría más intensamente... cuántas expresiones de cariño hubieran durado más segundos, más minutos, para demostrar lo que quieres a tu pareja.
Cuántos abrazos y besos le hubieras dado a tu bebé que no querías que creciera, cuántos consejos y cariño le hubieras dado a tu hijo/a para que no se torciera con malas compañías y no echara a perder su vida.
Cuánto tiempo le dedicaríamos a nuestros padres que se han hecho mayores y es ahora cuando más nos necesitan, para demostrarles el agradecimiento por todo, todo, todo lo que han hecho por nosotros para llegar a ser quienes somos.
Porque nuestros padres mayores, hay que honrarlos, se lo merecen, es un deber como hijos.
Si supiéramos la felicidad inmensa que siente un padre cuando sus hijos le demuestran cariño y amor...
Si realmente lo supiéramos y lo sintiéramos... no dejaríamos de hacerlo ni un sólo momento.
¿Cuántos años tienes? Da igual... tengas los que tengas... ¿Aprovechas tu tiempo al máximo? ¿Tiempo que luego no te arrepientas de haberlo empleado mejor?
Recuerda, y no lo olvides... el tiempo, era, es y será, nuestro enemigo.
El Blog de Moisés y Ana.