El vigilante corriendo ha ido al lugar de los hechos, otros 100 metros.
Un hombre no podía salir del agua, estaría a 40 metros metido, ya no sabemos si debido al cansancio o a las corrientes pero él hacía señales como pidiendo ayuda. La mujer explicaba a los vigilantes que él estaba en la playa de la izquierda, y la corriente impedía que fuera a la orilla.
Dicen los expertos que cuando pase eso, nunca nademos rectos sino en paralelo pues a contracorriente con el cansancio es imposible salir.
Al final, en la zona que había llegado arrastrado por la corriente el hombre, ha podido por su propia fuerza de voluntad llegar a la orilla.
En total 2 vigilantes, 2 policías en quads y lancha marítima se han acercado al lugar de los hechos. Quizá si el puesto de vigilancia no estuviera tan separado unos de otros, se ganaría tiempo porque contando la carrera de la mujer de 100 metros y la misma distancia del vigilante han pasado perfectamente 5 minutos.
La gente de la playa no entendía nada. Sólo veía a una señora y otra detrás, corriendo como podían. La expectación lógicamente se incrementa cuando se ve corriendo al vigilante.
Luego los quads y luego la lancha marítima.
Por suerte todo ha quedado en un susto pero hace que pensar en lo siguiente...
¿Tenemos en cuenta cuando nos metemos que hay corrientes de agua internas que nos arrastran y es casi imposible nadar a contracorriente?
¿Podemos gritar y avisar a quien sea para que nos ayude porque no podemos correr?
¿Podemos nadar en paralelo y dosificar las fuerzas para no caer en la desgracia?
A continuación vídeo noticia de lo sucedido.